jueves, 10 de febrero de 2011

SUSCRIPCIÓN

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martes, 8 de febrero de 2011

Capítulo 1


1. Nacimiento

Un 21 de Junio nació una niña. Su llanto llegó hasta los oídos de Drácula, este se despertó sobresaltado a mitad de la tarde, y supo que aquella a la que había estado esperando con tanta ansiedad, había nacido, y  a partir de entonces ya no estaría solo.

Tendría una igual, alguien con quien compartir su soledad, las largas noches solitarias, y las falsas apariencias de la alta sociedad vampírica acabarían muy pronto para él. Incluso tener que aguantar a los ancestros y toda su parafernalia no sería tan duro si la tenía a ella. Ella….Ese pronombre era tan ambiguo para él. No sabía como sería, ni como se llamaría, ni siquiera si en realidad la quería. Una duda oscureció su perfecto rostro. Sus ojos azul verdoso expresaron tristeza, su apetecible boca se curvo en una mueca de disgusto, su  pálida piel, se volvió mas blanca, si es que eso es posible porque casi se volvería transparente. Se echó para atrás su cabello castaño ondulado, que le llegaba hasta los hombros, y siguió meditando sobre el asunto. Tal vez estaba predestinado a cumplir su destino, pero no a amarla, o que ella no le amara a el, o ambas cosas, entonces sería todavía más desdichado, y encima tendría que aguantarla eternamente, y eso incluso para el que había vivido más de dos mil años era demasiado.

Echó a un lado las sábanas negras de satén, se levanto de la cama, y se puso un albornoz para dirigirse a la ducha, porque en unas horas tendría una reunión con los ancestros. Sabía que era demasiado pronto para arreglarse, pero no podía dormir, y quería despejarse la mente de todas las dudas que de pronto le acechaban. Había estado tan seguro tantos años de ella, y ahora de repente que lo tenía cerca, le entraba pánico, como a un niño pequeño. A lo mejor solo tenía miedo de ser rechazado, o de que la profecía fuera falsa…pero eso era imposible, su hermana Veraisa había tenido una serie de “visiones” sobre el futuro, sobre la chica en cuestión, y estaba segura de que existiría, y de que cambiaría el orden preestablecido, pero a él eso le daba igual, estaba harto de cuidar a los nuevos vampiros, la mayoría críos desagradecidos, que no sabían ni controlarse cuando aún estaban vivos, no quería que mataran a nadie, pero estaba tan cansado de todo… De hecho actualmente había duros castigos por convertir a vampiros insensatos, por abandonarlos a su suerte, y por matar a humanos para alimentarse, porque teniendo el poder de persuasión para que beban lo necesario y luego hacerlos olvidar, o bancos de sangre, o bolsas sintéticas, no era necesario. Actualmente tenían demasiadas opciones. Además en su interior sabía que muchas revueltas eran causadas por Siennan para derrocarle, y que estaba tramando un plan muy lentamente. Pero no debía pensar en eso ahora,  solo debía animarse, ser optimista y buscarla. En ese  momento se oyó el ruido de una puerta y entro en la habitación Veraisa, lo cual no le pareció raro porque en esa casa no había privacidad. Otro punto más que arreglar cuando se casara, necesitaba privacidad.

-Hermano, ¿lo has notado? – Veraisa cerro la puerta tras de si para que nadie los interrumpiera – se que hoy ha nacido, por fin ha ocurrido Evan.

-Si, lo sé Veraisa, la sentí. – dijo mirando los ojos color azabache y el cabello negro de su hermana. – Pude oír su llanto, no se, parecía un sueño. Parece mentira que ya haya sucedido.

-Bueno, ya has esperado demasiado, ya era hora de que sucediera, y que destruya a Siennan y a los suyos.

-No es el mayor motivo por el que quería que ella naciera, la verdad. – Comentó Evan con cierta indiferencia. – Lo único que anhelo es compañía, y estoy dudando que a lo mejor ella pueda dármela.

-Evan no seas egoísta. – Exclamó Veraisa sentándose en un sillón. – Esto no es por ti, es para la mejora de nuestra especie, asi que debes sacrificarte por nuestro destino.

-¡Estoy harto de ser generoso! – los ojos de Evan refulgieron con un brillo rojo. – Los vampiros no hacen nada por mi, se que los hay buenos, pero estoy harto de sacrificarme, también quiero ser feliz. Cuando era joven estaba alocado y no pensaba en el futuro, pero he madurado, mas tarde de lo normal, pero lo he hecho – suspiró – tantas vivencias me han hecho pensar que lo único que quiero es casarme y tener hijos, como cualquier humano.

-Tú no eres humano. – Dijo Veraisa.- Tú fuiste el que elegiste no serlo, y tampoco puedes tener hijos. Solo anhelas eso porque es lo único que no puedes tener. Desahógate en los brazos de cualquiera de tus conquistas, esa Pat que tienes por ahí, si no te complace la elegida, ten amantes.

-Yo no quiero eso, antes me divertía pero ya no. – Él vampiro se sentó frente a su hermana. – Me siento vacío, si hubiera sabido que esta vida era asi, jamás hubiera elegido vivirla, hubiera muerto. Pero ya que cometí ese error tengo que vivir con el lo mejor posible.

-Oh por favor que melodramático eres. – Veraisa hizo una mueca de burla.-  Yo solo te aviso que no va a ser un camino de rosas, sino de espinas, y que será aun mas difícil que todo este tiempo que has vivido, pero aun no debes preocuparte por ello,  te quedan unos años.

-¿Sabes que? Eres demasiado negativa, creo que deberías dejar esta mansión porque estar en compañía de los ancestros te está afectando. – Evan cogió el teléfono y marco un número. – Víctor ven a  mi habitación, vamos a tener una conversación de hermanos.

-Así que ahora llamas a tu otro hermano para que te apoye. – Veraisa lo miró desafiante.
-No es por eso, es que a veces – Evan se quedo pensativo – no pareces tu, antes eras una joven simpática, alegre y algo creyente, pero ahora parece que apenas tengas sentimientos.

-No me reproches que no tengo sentimientos – gritó Veraisa – soy asi por tu culpa, tu me convertiste en esto, o mas bien Víctor y tu, y aunque os he perdonado, nunca lo olvidaré – los ojos de la joven contuvieron las lagrimas – cada día de esta penosa vida me recuerda lo que fui y lo que he cambiado, y lo que nunca podré tener.

-A veces todos nos sentimos así, hasta cuando estaba vivo me sucedía eso – Victor había entrado a la estancia sigilosamente por detrás de Veraisa y  colocándose en la butaca que quedaba vacía – pero encontré a Lucy y todo cambio, a lo mejor también deberías encontrar a alguien.

-No – cortó tajante Veraisa – y ahora contadme que queréis decirme.

-Yo he pensado que estás un poco obsesionado con el tema de la elegida y de matar a los ancestros, asi que creo que te vendría bien venir a nuestro castillo, y descansar alli con Lucy, alejarte de esta mansión – comento Victor.

-Asi que no queréis que estorbe – Veraisa se levanto y empezó a pasear por la estancia, Evan se levanto y beso a su hermana en la frente.

-No es eso, pero creemos que te vendrá bien alejarte de tantos problemas, allí solo te relajarás, podrás mandar a los reclutas del ejército, a lo mejor recuerdas la parte feliz de tu vida que pasaste entre esos muros y te animas – Evan volvió a sentarse en su butaca y Veraisa hizo lo mismo – además pensaba hacer obras, una ampliación solo para mí y para que nadie pueda entrar, y ya sabes que las obras son muy molestas.

-Pero hermano, aquí yo te ayudo, te aconsejo, incluso te podría ayudar en la construcción y darle un toque femenino para cuando ella venga – Veraisa le sonrió.

-Vale hagamos un trato Veraisa, me ayudaras a decorar la nueva casa, y después te marcharas unos cuantos años con Víctor ¿entendido? – pregunto Evan.

-Entendido – respondió Veraisa – pero nos echaras de menos, y te desesperaras por encontrarla, y luego te entraran inseguridades, y cosas muy tuyas.

-No tiene de que preocuparse – comentó Victor – vivirás mejor acompañado, mírame a mi, menos mal que encontré a  Lucy, porque no se que haría sin ella, llevamos unos quinientos años juntos, y cuando vengo aquí contigo unas semanas tengo ganas de volver deprisa – al ver la cara de incredulidad de su hermano prosiguió – sabes que he conocido a muchas mujeres, pero no me enamoré hasta encontrarla a ella, cada vez que me levanto me quedo observándola mientras duerme, y nunca me canso. Espero que encuentres algo asi.

-Si, pero esa no es la cuestión – la alarma sonó de repente – tengo que prepararme, hay una reunión con los ancestros sobre la normativa de nuestros bancos de sangre, y no puedo llegar tarde.

-Vale hermano cuídate – dijo Víctor, y tanto el como Veraisa abandonaron la habitación.



Siennan, el más poderoso de todos los ancestros, estaba en su habitación bebiendo una copa de sangre. Pensaba que aquella sangre sintética era una mierda, y que en cuanto se fuera de la reunión pensaba cazar a un humano joven a quien poder succionar. Maldito Evan, él y sus leyes defensoras de humanos, de ¿verdad creía que iban a cumplirlas? Sabía que el castigo era la muerte, pero él era demasiado poderoso y si se encontraban evidencias culpaba a otro.

Estaba en una estancia de la mansión, que antaño era su habitación privada, donde vivía, pero desde que allí había muerto su mujer y desaparecido a su hija, se había ido a otra casa solo para él, así también tenía más libertad. Sabía que su puesto estaba allí aconsejando a Evan, pero ahora prefería urdir sus propios planes para derrocarle, y para ellos tenía que estar algo alejado. Los otros ancestros se encontraban repartidos por todo el globo, manejando sus distintos cargos, cosa que el aprovechaba para formar un complot y más aliados. Había solo una cosa que le inquietaba, la elegida. Esa profecía contaba que habría una reina junto a Evan y que ella los mataría a todos e impondría la paz. Por ello hoy había mandado a varios siervos a los hospitales de cada país, para que  mataran a todas las niñas que habían nacido. Se había enterado por Veraisa de que hoy era el día elegido, ella misma, la muy tonta se lo había dicho.

-Pobre elegida – pensó – hoy morirás.
Estaba convencido de que las profecías solo eran profecías y de que no se cumplirían. Las cosas escritas no solían pasar, y las que no lo estaban si. Había matado a su hija, Samantha, hacia solo un par de meses, pero su recuerdo a veces le atormentaba. Le vino ese recuerdo porque creyó que ella era la elegida. Solo por poco tiempo, pero lo pensó. Su mujer Evelyn tuvo un embarazo difícil de más de cien años,  y el parto había sido muy complicado, al final, Evelyn murió, pero la niña sobrevivió. Evan había sido muy atento con ella, y el pensó que se debía a que tenían un vinculo proveniente de la profecía. Pero no ocurrió nada, Samantha eligió el camino equivocado y murió. No quería pensar en aquellas cosas, solo deseaba recibir noticias de sus secuaces.

Pasaron unas horas y llamó al resto de ancestros, todos le dijeron que habían cumplido las órdenes y habían matado a todas las niñas nacidas ese día. Las habían desangrado a todas. La sangre de niño y más de bebe era muy regenerante para los vampiros, los podía hasta salvar del borde de la muerte. Probablemente la que había sobrado se la habían llevado a un banco de sangre, y la venderían por una buena cantidad. Si Evan se enterara de eso, el ancestro se rio, ¿Qué haría el muy estúpido? Nada porque ellos eran cinco y el solo uno, y por muy poderoso que fuera no podría con ellos, ni siquiera unido a sus hermanos, pero llegada la elegida, si que podría destruirlos. Ya no llegaría, así que se bebió su copa tranquilamente, hasta que le llamaron para acudir a la reunión.


Unos meses mas tarde una mujer llamada Ana iba paseando tranquilamente con sus dos hijas por su nuevo barrio. Se había mudado hacia solo unos días a esa zona solo con sus pequeñas. Su marido había muerto dos años atrás, y sus vecinos sospecharían, que teniendo otra hija, estaría liada con otro hombre, y harían preguntas que ella no podía responder. No había otro hombre, y sería aún más extraño. Obviamente nadie sabía que era una bruja, solo su difunto marido, y algunas amigas practicantes. Su marido había muerto a manos de un vampiro, cuando intentó matarla a ella, y al no estar en casa le toco a él. Jamás se había perdonado por eso, y había dejado a su hija Erica huérfana, pero mas tarde entendió que si eso no hubiera pasado, no le hubiera salvado la vida a la pequeña Evelyn. La había llevado en su vientre aunque no fuera hija suya, y sabía que tenía una parte diabólica, pero podía ser buena, ella la educaría para ello. Ayudar a una vampiresa era la cosa más rara que había hecho, y que iba en contra de su naturaleza, pero estaba tan desesperada, que hasta la había protegido. Algún día se lo tendría que explicar a la pequeña, y no sabía como, porque a veces ni ella misma lo entendía. Solo sabía que era su hija, igual que Erica. Doblo la esquina, y entro en una tienda de muebles, y construcción. Tenía que decorar su nueva casa, y hacerla mas confortable que la anterior, este seria un hogar, se había retirado de la brujería y no tendría que lidiar con cosas demoníacas. Si seguía en ello era muy probable que los que quisieran encontrar a la niña lo hicieran, de hecho había oído que el día en que ella nació, desaparecieron todas las niñas que habían nacido ese día. La nación estaba desolada y se estaba buscando a los culpables, pero estaban desconcertados, de que en un solo un día se hubiera podido matar a tantos bebés. Era verdaderamente cruel, ese tal Siennan.

Le encargo a un dependiente varios muebles para que se los llevaran en una semana, y se fue al pasillo de pinturas para encontrar algún tono para su pared. Al doblar el pasillo atropello con el carro de la niña a un hombre joven, de unos veintitantos .

-Lo siento – se disculpo Ana -  es que no te había visto y además estos carros andan un poco mal. Se estancan en estos suelos.
-No pasa nada – dijo el chico sonriendo – es que de todas maneras estos pasillos son un poco estrechos- Miro a las niñas  - que guapas que son tus hijas – le toco la cabeza a la mayor y le hizo cosquillas a la pequeña, que le sonrió. – estaba mirando la gama de colores, y la verdad no se cual coger. ¿qué te parece este amarillo claro, o el verde?

-Yo iba a coger el salmón – respondió Ana – pero a lo mejor para un chico mejor el verde.
Si cogere este, es que estoy reformando mi casa, y quiero tener el color elegido para cuando acabe la ampliación. – ambos se dirigieron hacia la caja.

-Yo me acabo de mudar aquí hace una semana y tengo que arreglar toda la casa, lo cual con dos niñas no es muy fácil –  la mujer cogio la pintura y la depositó en la cinta.

- Bueno entonces seremos vecinos, me llamo Evan – el muchacho le dio la mano a Ana y miro a la chicas – y también el vuestro señoritas.
Yo soy Ana – el cajero cobró a Evan – y estas son Erica – dijo señalando a la mayor – y Evelyn.

-Encantado de conoceros, ahora tengo que irme, he de hacer muchas cosas – y se despidió con un gesto de la mano.

Asi fue como el destino de Evelyn y Evan se cruzo por primera vez. El no podía imaginar que aquella niña algún día sería el gran amor de su vida. Durante los siguientes años se volvieron a reencontrar pero sin percatarse. Cuando Eve tuvo dos años cruzo por su lado, y Evan pensó que la elegida tendría la misma edad que aquella niña, cuando tuvo 6, se cayo patinando y la ayudo a levantarse, y cuando tenía 10 , Evan paso con el coche justo por enfrente de un funeral, que resulto ser el de Ana. Desde entonces sus caminos no se juntarían hasta doce años después.

lunes, 24 de enero de 2011

Personajes

Los personajes aquí mostrados están caracterizados según el libro, pero no son exactamente iguales:


Protagonistas... 

Evelyn

Es la protagonista de esta historia. Tiene 22 años, es alta, con el pelo castaño- cobrizo y rizado, ojos verdes, y piel clara. Estudia su último año de traducción e interpretación, y la conceden una beca en una de las empresas mas importantes a nivel mundial. Tiene mucho carácter, es realista, algo neurótica, con sentido común y madura. Su vida cambia cuando conoce a Evan (Drácula), respecto al que se siente algo insegura, y se acaba enamorando.

 
Evan


Tiene dos hermanos llamados Víctor y Veraisa, y cuando se refieren a los tres los denominan los Magnus.
Es cómico, pícaro, decidido, protector, inteligente,impetuoso, romántico e irascible. Está entre la línea del bien y del mal.






Secundarios...

Pat

Es una mujer envidiosa, rencorosa, muy ambiciosa y despechada. No parará hasta eliminar a Evelyn y recuperar a Evan. Es una vampiresa de cien años que tuvo algún lío amoroso con Evan. Es increíblemente atractiva con una larga cabellera rubia y lisa y los ojos castaños, aunque cuando se cabrea se la tornan rojos.





Veraisa

Es la hermana menor de Evan y una de las más antiguas vampiresas. Tiene un carácter neurótico, desquiciado y egoísta debido a las visiones que la atormentan sobre la profecía desde hace varias décadas. 
Tiene un aspecto bastante dejado con su larga melena morena despeinada y unas marcadas ojeras.

martes, 18 de enero de 2011

Prólogo




Prólogo

En este mundo la lucha siempre ha sido milenaria, y seguro que en otros también. Cada ser lucha por sus propios intereses, por dinero o por su propia vida, pero casi nunca por el bien común, o por algo que beneficie a los demás. No creo que el ser supremo que nos creo, si es que lo hay, quisiera que su creación se corrompiera de este modo, y no lo digo solo por los monstruos que lo habitan, sino por los propios humanos que se destruyen entre ellos, sin saber la amenaza que les acecha, principalmente cada noche. Nosotros, una especie de todas aquellas que dominan la oscuridad, no somos como nos describen en libros, ni en películas, tampoco en cuentos o relatos pasados. No nos transformamos en lobos, ni en niebla, solo son patrañas imaginadas por el miedo de los humanos. No somos góticos, ni vivimos en casas tan oscuras, por lo menos yo. Si que tenemos nuestra propia jerarquía, y no ocultamos nuestra identidad a toda costa, de hecho una pequeña parte de la sociedad mas poderosa se alía con nosotros para que les realicemos favores personales, o simplemente les prometamos que algún día obtendrán la vida eterna. Los vampiros solo somos humanos, con una extraña enfermedad, otros lo llaman maldición, que nos obliga a beber la sangre de los demás, pero tenemos preocupaciones y sentimientos, somos tan humanos…

El primero de nuestro escalafón gubernamental es Drácula. El más antiguo de todos eligió ese nombre por referencia al libro de Bram Stoker, no porque fuera Vlad Tepes, ni ningún contemporáneo suyo, así inspiraba temor. También le llaman el original, o el primero.Él es más antiguo que todos los demás, cuentan las leyendas que empezó a existir con el mundo, que era Caín, o incluso el mismísimo Judas, pero nada más lejos de la realidad. Sé dice que conoció Mesopotamia, Egipto, los hititas, y que consiguió la vida eterna por una antigua poción cuya procedencia no se conocía, pero para mantener la inmortalidad debía alimentarse de sangre. Este líquido es tan poderoso y esta tan concentrado en su sangre que no le permite morir, de ninguna manera, por lo menos conocida. En los demás esta sustancia se va diluyendo, lo que hace que haya vampiros que no tengan capacidades sobre humanas, pero si tengan la necesidad de beber sangre.

Los más poderosos siempre han sido los mordidos directamente por el primero, o los que tienen su misma sangre, como sus hermanos Víctor y Veraisa. Todo esto hasta que naciera el primer hijo de vampiros, que ocurrió a principios del siglo diecinueve. Al unir a dos vampiros mordidos por Drácula o por su familia, nacía un ser igualado en fuerza a él, con la única pega de que el nacido era mortal. El embarazo de una vampiresa puede tardar años, depende de la sangre que beba, de la cantidad de “enfermedad” que haya diluida en su sangre, o de la compatibilidad entre los genes de ambos, que no era nada fácil. Mi abuela tardo más de un siglo en dar a luz a mi madre, demasiados a pesar de la buena calidad de la sangre que tomaba y del rango que poseía el y su marido, mordidos directamente por Drácula. A pesar de todas las precauciones, mi abuela murió en el parto, ella, que se llamaba igual que yo, Evelyn.

Aparte de mi madre nacieron mas niños, los cuales conservaron viva, si es que a esto se le llama vida, a su madre, pero son muy pocos, apenas habrá en todo el mundo diez nacidos contándome a mi y a mi madre y ninguno que se asemeje en poder a Drácula, solo mi progenitora. Los nacidos suelen ser la aristocracia de esta sociedad.

Pero aún queda un “estamento” que es el peor de ellos, los ancestros, seres casi tan antiguos como Drácula y su familia, mordidos directamente por ellos, y que se encargan de mantener el control sobre los de su especie. Siennan, el más antiguo de todos ellos, se encarga de la pureza de sangre y de mantener bajo control que no se hagan más vampiros de los necesarios. Daría es la coordinadora del ejército de las tinieblas, para defendernos de las criaturas mágicas, y proteger que nuestro secreto no salga a la luz.

Coatif desarrolla las armas que usa el ejército de las tinieblas, y provee a su prole de ellas puesto que no tienen poderes, a los que por algún fallo no se les ha transmitido  ninguna facultad sobrenatural.
Valrot, alias el alquimista, hace “pociones”, como para soportar la luz del sol, o matar rivales. Es el más sádico, y el que mata únicamente por placer.

Volderie se encarga de los tratos con humanos de las altas esferas para que nos ayuden a construir empresas y obtener otros recursos monetarios. Poseemos bancos, fábricas de automóviles y hasta hospitales privados solo para nosotros.

En este mundo de tinieblas surgió una profecía ancestral, en la que se narraba que una chica nacida, no mordida, sería la elegida por Drácula para pasar la eternidad junto a él, ser la reina de las sombras y matar a todos los ancestros, y con ellos la tiranía que estos imponían. Pero para esto tuvieron que pasar muchos años….hasta que yo naciera.


Ahora ya puedes descargarte el prólogo para que la lectura sea más sencilla:
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