martes, 5 de febrero de 2013

CAPITULO 2, PARTE 1


El paso del tiempo
Eve se dirigía a su casa en un modelo mini. Llegaba de visitar a su madre en el cementerio.Desde que ella se había ido todo había sido muy raro.Cuando era pequeña, su vida había sido como la de cualquier niña, iba al colegio, tenía amigos, se peleaba con su hermana, pero desde los diez años había sido…. Extraña, esa era la palabra. A su madre la habían detectado leucemia, y como no tenía ningún donante de médula, pasó un agónico año hasta que murió.
Ella tenía diez años y su hermana catorce. Todavía recordaba el entierro, un día lluvioso y nublado, solo con dos amigas de su madre, y sus dos hijas. Muy solitario. A partir de ahí las cosas sucedieron muy rápido. Una amiga de su madre, Emily, las llevó a una especie de colegio que dirigía para gente con todo tipo de poderes. Hasta entonces ella no se había ni percatado de que tenía ningún poder. En aquella especie de escuela descubrió que la mayoría de los niños allí eran abandonados por sus padres por ser distintos, o simplemente estaban muertos, como la suya. Erica y ella eran brujas, pero otros eran demonios, como su amigo Brian. Su mejor amiga Kate podía curar heridas ajenas. Eve creaba cúpulas de protección, y su hermana podía controlar la mente, por esa razón había salido de tantos problemas.

Dos años después de haber ingresado en la escuela de Emily, Erica la abandonó. Alegó que no podía seguir estando allí encerrada para enfrentar una amenaza fantasma, y que sus dones se podían usar muy bien en otras cosas. Por lo poco que leí esos años en los periódicos, supe que mi hermana había estado robando bancos, aunque cantidades menores, a veces me llamaba por teléfono para contarme lo bien que estaba y que había encontrado un trabajo de administrativa, aunque claramente todo eran mentiras. Después se cambio de ciudad, encontró un trabajo de camarera, y se casó con un camarero con tan solo dieciocho años, de hecho se lo llevo un día cerca de un parque de la escuela y me lo presentó. Me pareció un buen tío, aunque muy simplón y obsesionado con mi hermana. La cosa no duró mucho, solo unos meses, y mi hermana reprochaba que nunca tuvieran dinero y que no pudieran vivir más que en una casucha, asi que lo abandonó. Después de eso, estuve tres años sin saber de ella, hasta que años más tarde me dijo que había estado con un tipo peligroso, relacionado con robos y narcotráfico, que manejaba mucho dinero, y que por poco la metieron a la cárcel, pero que gracias a su habilidad logró escapar y borrar la memoria a todos como si nunca la hubieran visto. Mi hermana era una persona a la que la encantaba el riesgo así que solía estar prevenida de su
siguiente tontería.

Mientras tanto yo pasé esos años entre el colegio, mis clases para controlar nuestras habilidades y matar seres demoníacos. Nos dijeron que en cuanto abandonáramos aquel recinto nos podrían perseguir en cualquier momento, y que estuviéramos atentos. Formamos una especie de sociedad mi amiga Kate, Brian y yo, y cuando salimos de allí en cuanto alguno tenía un problema acudíamos a su llamada.
Cuando salí de allí, empecé mis estudios en traducción e interpretación, para tener un trabajo que poder hacer desde cualquier lugar y no tener que faltar por algún tema sobrenatural. Mi hermana de vez en cuando iba y venía a mi casa (que era la casa de mama), la ayudé a buscar un trabajo de administrativo, que esta vez si que era cierto, y a acabar sus estudios básicos, después con el dinero que ganaba se pagó la carrera de enfermería. Se alquiló un piso por las afueras del mismo barrio y pareció que más o menos se asentó. A veces contaba con ella para acabar con
algún ser, pero no siempre estaba disponible. En el último año parece que habían estrechado sus lazos de hermanas, y como mínimo todas las semanas quedaban para comer, se llamaban cuando necesitaban algo, e incluso Eve la iba a visitar al hospital. Brian su amigo del colegio, se había marchado hacia un año en busca de sus padres. Decía que al menos quería conocerlos, y saber de donde provenía su don de la invisibilidad. Así que su único apoyo para defenderse de criaturas extrañas era su amiga Kate, que últimamente estaba ocupada ligando con un chico de la universidad, y su hermana, que en el último semestre se habían ayudado mutuamente. Parecía que estar al borde de la muerte y salvarse unía a las personas.
En cuanto a tema de chicos, Eve solo había tenido un novio durante un año, al principio de empezar la universidad, y tampoco había durado tanto. Apenas se veían porque se pasaba el día estudiando, aunque en verdad estaba con otra.

En el tercer año de carrera empezó a estudiar a distancia, porque tenía que trabajar para pagar las facturas de la casa, y no tenía tiempo de acudir a clase. También porque había tenido ciertos problemas con sus poderes. Una tarde cuando estaba estudiando en casa, la empezó a arder la mano, al principio creyó que era una alucinación, pero después se fue corriendo al baño para echarse agua fría. Después de un cuarto de hora, el fuego se había acabado, pero tenía toda la mano quemada. Un mes después las marcas se curaron completamente. Cuando deseaba algo, como un helado cuando estaba viendo una serie, pero no la apetecía levantarse, el helado aparecía en su mano, otras veces estampado en la pared. Cuando hubo gente que estuvo a punto de verla utilizando sus habilidades, fue a hablar con Emily, ésta la dijo que era un poder de teletransportación, pero que no tendría porque aparecer con fuego, que no era buena señal.
También la advirtió de que al igual que podía transportar objetos, algún día también se transportaría a ella misma. Después de mucho practicar logró dominarlo, pero luego empezó a teletransportarse a si misma, lo que era un poco frustrante, porque había días que había amanecido en el jardín. Su hermana Erica la había tratado de ayudar y la cosa iba mejor, no desaparecía, pero tampoco lo solía hacer a voluntad.
Y ahora ya en su ultimo año de carrera, parecía que todo lo sobrenatural lo tenía dominado, pero no lo laboral, en lo cual tenia que hacer unas practicas traduciendo, en la que la daban poco sueldo.

Aparcó el coche frente a su casa, abrió el buzón, y encontró un pequeño paquete, lo cogio y entro dentro. Sentada en el sofá había una chica rubia con el pelo corto, Erica. Siempre entraba a su casa sin avisar, con las llaves de repuesto que estaban en la maceta.
- Hermanita, menos mal que has venido porque tengo muchísimas ideas para el cumpleaños – dijo Erica mientras navegaba en la red con su portátil.
- Sorpréndeme – la retó Eve.
- Mira hay varios locales bastante conocidos que tienen buena pinta – abrió una pestaña en la pantalla – este es un boys, bastante económico, que tiene barra libre y discoteca, oh mira este, es una discoteca de moda, que va gente con mucho dinero, y nos pueden llevar en limusina, y coger algún reservado – pincho en la opción reservado, pero no la dejaban acceder, solo gente vip – este otro tiene conciertos de pop, este tiene espectáculo de drac Queens , y los demás son discotecas normales.
- A ver un boys no porque creo que va a ir el chico que la gusta a Kate, o su novio, no se exactamente que es, a ella los drac Queens no la gustan, y a sus amigas creo que las encantaría ir al lugar de los famosos, asi a lo mejor podrían salir con alguno.
- Ah, no, la que tiene que salir de allí con un famoso soy yo – dijo Erica asintiendo con la cabeza, mientras Eve se sentaba a su lado a mirar el local en el ordenador.
- Erica, no te hagas ilusiones, los famosos están metidos en sus reservados, y solo se relacionan entre ellos – puso cara de incredulidad – no van a salir exclusivamente para ti.
- Ay que aguafiestas que eres – Erica cerró el ordenador y lo metió en su bolso – creo que la que de verdad necesita un ligue eres tu. Ya sabes…. Hace mucho que no estas con nadie.
- Ay, calla, siempre igual, bastante problemas tengo como para buscarme otro más – exclamó Eve – eso te lo dejo a ti, ligona – y la guiño un ojo.
- Bueno me tengo que ir, hermanita – le dió un besó – mañana hablamos para concretar hora.

Eve se quedó sentada en el sofá pensativa, saco el paquete del bolsillo de su chaqueta, lo abrió, y dentro encontró un collar en forma de copa rodeado de una serpiente, que tenía el ojo verde, y una pequeña letra S inscrita. En el fondo del paquete había una carta, que contenía dos folios, el primero tenía la letra desordenada de Emily.

“Eve te he mandado este paquete por voluntad de tu madre, que me prometió que cuando fueras mayor lo tuvieras. Creo que ahora eres lo suficientemente madura como valorarlo.
Un beso Emily.”

Desdobló el otro folio, que contenía la letra pulcra y estilosa de su madre.
“Querida Eve:
Si recibes esto significa que el cáncer me ganó la batalla. Como no estaba segura de poder verte crecer, le di esto a Emily para que te lo entregara. Supongo que a estas alturas ya sabrás toda la verdad. Quiero que sepas que te he querido como si realmente fueras mi hija, y que me duele tener que abandonarte. Sé que cuando crezcas, a pesar de tus genes, serás una buena persona, y una buena bruja. Tus padres hubieran estado orgullosos de ti. Aquí te dejo un collar que pertenecía a tu madre y que siempre llevaba consigo. Acuérdate de mí, yo siempre me acordare de ti.
Besos, tu madre”

Eve releyó la carta tres veces. ¿Qué la estaba intentando decir su madre? ¿Qué era adoptada? ¿Qué sus verdaderos padres la habían abandonado? Pero si ella no era su madre ¿como era posible que tuviera poderes? ¿Acaso su madre era otra bruja que había muerto y ella se había encargado de ella? no entendía nada. ¿Cómo era posible que nunca hubiera sospechado nada?
Cogio el teléfono y llamo corriendo a Emily.
- Has recibido el paquete ¿verdad? – preguntó la señora.
- Si Emily, pero no entiendo nada, en la carta pone que ella no es mi madre, y que el
collar pertenecía a mi verdadera madre.
- Evelyn, yo no sé nada, ese paquete me lo dio cerrado y asi se ha mantenido durante doce años, tu madre nunca me contó nada.
- Pero….
- De verdad que no se nada – mintió Emily
- Y ¿a quien le pudo contar algo asi? – inquirió la muchacha.
- Yo que sepa tu madre no tenía más amigas – contestó la mujer – ahora tengo que dejarte, estoy ocupada.
Emily colgó el auricular, y se sintió fatal. Había mentido descaradamente a esa chica que confiaba plenamente en ella. No quería contarle nada, para que asi no buscara a su verdadera familia, y no se metiera en problemas. Nadie más sabía el secreto y era mejor que no lo supiera, porque su familia era muy peligrosa. Eve se quitó el abrigo, subió a su habitación, y se colocó el collar en el cuello. La piedra verde conjuntaba con sus ojos, que en ese momento eran verdes, otras veces los tenía azules. De repente vio en un flash una mujer en el espejo, con el pelo corto rizado, tez pálida, y ojos azules, con su mismo collar. Rápidamente lo guardo en un joyero. Se puso el pijama y se metió en la cama. Decidió que lo mejor era dormirse, ya que había tenido un día muy raro. 

Evan estaba sentado en un sillón de su nueva casa, bebiendo un vaso de chivas. Hacía tiempo que se pasaba las noches mirando al infinito, y con la botella de whisky al lado suya. Su hermano Víctor estaba en su castillo de Eslovenia, y su hermana Veraisa se había ido con el hacia ya unos cinco años. En los últimos años se había vuelto una demente. Cuando empezaron la construcción de la casa anexada a la mansión, no sabía que iba a tardar tanto, o hubiera mandado a Veraisa lejos mucho antes. Estaba hasta tal punto obsesionada que no sabía discernir entre lo que era verdad, y lo que eran profecías. Un día intento matar a Siennan cortándole la cabeza con una espada de la edad media que tenían en el salón. Otros vampiros que estaban en la sala la separaron de él, pero estaba histérica e hirió a varios. Inmediatamente Evan decidió mandarla lejos. Cuando esto ocurrió la casa estaba ya terminada, y pintada, solo faltaba decorarla, pero entre sus diversas disputas con el ancestro, y su creciente desesperación que ahogaba en el alcohol, decidió dejar la casa y comprarse un apartamento mas céntrico y moderno. Su hermano lo llamaba el departamento del típico soltero. Solo visitaba la mansión, y veía a los ancestros cuando era estrictamente necesario. Habían construido un nuevo centro de donación de sangre, un laboratorio de investigación y habían elaborado unas becas a estudiantes para mejorar su imagen pública. De eso hacia seis meses, y desde entonces no les había visto.

Miró su copa de whisky, y bebió de un trago la mitad del vaso. Lo dejó en la mesa, y se fue a la ventana mirando directamente a la luz del sol. Que pena que los rayos solares ya no le dañaran, porque habría sido tan fácil morir. Si, quería morirse. Desde hacia muchos años su vida había estado llena de expectativas de un futuro mejor, y ahora que debían cumplirse, no había nada. A la mierda – pensó – ya era hora de que encontrara una distracción, saldría, iría a los sitios de moda, y conseguiría a las mujeres que quisiera. Con su atractivo y su cartera no era difícil. Se bebió otro vaso de whisky, fue tambaleándose hasta el sillón para coger su chaqueta, y se marchó. Varias noches después Evan había experimentado el placer con rubias, morenas, pelirrojas, altas, bajas, conservadoras, feministas…. Esa noche yacía al lado de él una pelirroja exuberante, la miró y estaba dormida. Se levantó de la cama desnudo, y se sirvió una copa de whisky. Se sintió vacío. Ninguna de esas mujeres estaba con el porque sintieran algo. Unas se acercaban a él por su dinero, otras le deseaban, y a otras las seducía con sus encantos. Creía que ninguna mujer se le podía resistir, y en contra del pensamiento de la mayoría, a los que les hubiera encantado tener ese don, para él era una condena. Era como una flor carnívora, tenía que atraer a su presa, y para ello eran hermosas. Lo mismo le pasaba a él, su instinto estaba hecho para cautivar a sus víctimas y alimentarse. Cogio su ropa se vistió, y se fue hacia su casa. La noche siguiente volvería a repetir para intentar encontrar a alguien que llenara ese vacío.

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